El de la pregunta

-¿Y vosotros para cuándo?».

-¿Para cuándo qué?

-Pues que para cuando os vais a animar a ser padres…  ¡que se os va a pasar el arroz!

Si no te han hecho esa pregunta ya quieras tener hijos o no, eres una rara excepción y tienes nuestro respeto y admiración. La gente no para de preguntar, de meterse en tu vida y de intentar explicarse por qué no sigues a la corriente. Te miran como un bicho raro, un extraño animal que acaba de salir de su madriguera y que va a andar perdido el resto de su vida buscando el Santo Grial. Inevitablemente cuando confirmáis sus peores temores, suele desencadenarse el segundo ciclo de preguntas: «¿y quién cuidará de vosotros cuando seáis mayores?», «¿y a qué vais a dedicar vuestras vidas?», «¿y cómo no vais a sentir lo mejor de la vida?»

De todas esas preguntas, posiblemente la que más nos moleste sea la última ya que el término «lo mejor de la vida» nos parece un tanto ostentoso. Evidentemente quien dice que es lo mejor que le ha pasado es porque, muy probablemente, sea a lo que se ha dedicado toda tu vida, renunciando a muchas cosas. Ha sido el eje sobre el que se ha girado el 90% de su vida. Con esto no queremos decir que la paternidad implique una vida desdichada, sino que la percepción personal de diferentes personas ante un mismo evento puede ser radicalmente opuesta. Por ejemplo, en el fútbol. ese gol de Iniesta que le dio a España el Mundial para muchas personas supuso un éxtasis extrasensorial inexplicable y a otros le produjo la más total de las indiferencias. ¿Por qué tendría que ser diferente con los hijos? ¿Por qué se tiene que dar por hecho que todo el mundo quiere tener hijos? ¿Y que pueden tenerlos? ¿Por qué no puede haber gente que diga que el fútbol no le va ni media, pero que el crossfit le apasiona? ¿Por qué tienes que aguantar miradas de reprobación cuando reconoces abiertamente que no te gustan los niños? Pues si, es lo que hay y los que nos pueden gustar o hacer gracia, para un ratillo y luego que se vayan a casa con sus padres. Para mucha gente pensar así es duro, pero es lo que hay. No todos podemos vivir en el mundo de la piruletas rodeados de pequeñuelos y con un perro que complete la foto idílica. Pues no. Nosotros no tenemos hijos y además tenemos gatos.

Clint

El problema que nos encontramos muchas veces es que a mucha gente le pierde el hablar antes de pensar. ¿A quién no le han dicho un «ya te tocará a ti» cuando te cuentan que han pasado la noche sin dormir? Y sobre todo, ¿por qué suena más a amenaza que a recomendación para que tu no repitas cierto error? ¿Pero no me habías dicho que era lo mejor que te había pasado en la vida? A ver si nos aclaramos, porque muchas veces nos da la sensación de que la paternidad/maternidad no ha sido algo deseado por las dos partes de la pareja, sino un «dejarse llevar» o un «bueno, es que él/ella quería y yo soy así…».

Lo cierto es que hace no mucho vivimos en primera persona la situación en que una persona muy cercana le dio la enhorabuena a una pareja de amigos que están esperando un bebé y le salió solo el «es la experiencia más bonita que podéis tener en la vida». ¿En serio? ¿y yo me la voy a perder? ¿me voy a perder la mejor experiencia vital que se puede tener? ¿de verdad? ¿y nada de lo que haga en la vida se acercará remotamente? ¡¡Vamos hombre!!

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Como hemos dicho antes, nosotros no vamos diciendo «ver amanecer en los templos de Angkor Wat es lo mejor que he visto en la vida» o «navegar junto a las ballenas en Islandia es una experiencia que te cambia la vida» porque, aunque son momentos que hemos disfrutado y nos han parecido increíbles, cada uno tiene una percepción de la realidad y de lo que le hace feliz. ¿Cómo quedas en una conversación si dices asombrado a otra persona: «¿Cómo que no has estado en Nueva York? ¿En serio? Entonces es como si no hubieras visto nada…»? Como un capullo cargante y al que merece que le den un par de bofetadas. ¿Y por qué entonces con el tema de los hijos esa actitud es la normal? Nosotros no lo entendemos.

Sinceramente no creemos que la vida con hijos sea mejor que sin hijos. Pero es que tampoco pensamos que lo contrario sea cierto.

Y ya para terminar siempre nos surge una duda… ¿y esto hasta cuándo hay que aguantarlo? Es decir, ¿cuándo se empiezan a dar cuenta de que es físicamente imposible que vayamos a ser padres? ¿cuando tengamos 50 años? ¿60? ¿si te lo dicen demasiado pronto significa que estás demasiado estropeado para tu edad? ¿acaso preferimos que nos los sigan diciendo porque eso significará que nos mantenemos jóvenes y vitales?. Lo dicho, preguntas, preguntas y más preguntan.

Que simplemente cada uno disfrute de su vida y deje que los demás vivan la suya.

Hasta la próxima.

4 respuestas a “El de la pregunta

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  1. A nosotros ya están dejando de preguntarnos, yo creo que ya se han hecho la idea de que no queremos y que se nos está pasando la edad ( tenemos 43 años).
    Cada día nos alegramos más de haber decidido no tenerlos, somos muy felices como pareja , tenemos tiempo para trabajar, salir con los amigos, viajar y disfrutar de nosotros.

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    1. Lo importante es ser feliz con la decisión que cada uno tome y que los demás te dejen ser felices. Sin presiones ni preguntas incómodas.
      Nosotros estamos rozando la cuarentena y cada día estamos más contentos con nuestra vida.

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  2. Nosotros lo intentamos por 5 años.. y 2 ciclos de FIV.. y no salió.. ya con 41.. estamos en el proceso de asumirlo.. y verle el lado positivo. Llegué acá buscando un poco de inspiración

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    1. Sea por el motivo que sea, voluntario o forzado, consensuado o no, no tener hijos es una decisión que rompe con el modelo que hemos sido criados. Se da por hecho que lo «normal» y lo «natural» es formar una familia y la gente suele reaccionar de manera bastante incómoda cuando saben que seréis una familia de 2.
      Lo primero y principal es que la pareja esté unida, sobre todo si ha sido una decisión forzada, hablar del tema entre vosotros, haced planes, buscad nuevas motivaciones,… Son cosas que ayudan y sobre todo transmitirán una imagen de fortaleza a vuestro entorno. Cuando la gente os ve felices y completos dejan de extrañarse y os empiezan a tratar de manera normal, sin el estigma de bichos raros e incluso con envidia en ocasiones al hacer planes que ellos no pueden.
      En resumen, estad unidos dentro de la pareja y apoyaros, la vida sigue y seguro que tendréis miles de alegrías en el futuro. Solo hay una vida y el tiempo de lamentaciones debe ser limitado.

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